lunes, 16 de febrero de 2009

moon


tachar la palabra luna
en un poema
es inmunizarse contra la locura

miércoles, 4 de febrero de 2009

Sillas eléctricas de guardia


Escribir canciones no te inmuniza de nada, pero a veces te ayuda a seguir en pie. Es igual que unas gafas cuando necesitas gafas: ves bien mientras las tienes puestas; en cuanto te las quitas su efecto desaparece.
De todas las letras de canciones que he escrito hay textos que tienen en mí y a la larga, un efecto que yo llamo “electrificante”. Otros textos, sin embargo, con el tiempo se han ganado un lugar de honor en la “silla eléctrica” de las palabras. Podría mencionar varios ejemplos de lo que digo en un sentido y en otro. Citaré uno y uno.
De entre las canciones electrificantes, aquellas que me siguen funcionando como un desfibrilador a pesar del tiempo, elijo “Dispárame un tequiero”. En la otra esquina, con 1000 kilos en su contra, “Amigos de guardia”.
No sabría adjuntar buenas razones para ambas elecciones. Pero sí puedo decir que la primera sigue emocionándome cada vez que la escucho y que el contenido de la segunda es mentira. Igual es sólo por eso. O por todo eso.
Y la falsedad lo es siempre, independientemente de lo cerca que veas a Wilco en un concierto.

domingo, 1 de febrero de 2009

Todos los idiomas


Voy a olvidarte
en todos los idiomas del mundo.

La cacería ha terminado
y las palabras vuelven a sus vainas.

Voy a olvidarte
en todas las lenguas que existieron en el mundo.

¿Soy yo la presa que cabecea inerte sobre el capó
o el cazador que silba sentado al volante?

Voy a olvidarte
en todos los idiomas que se hablarán en el mundo.

Me perderé
entre vaca y entre baca.

Dejaré que nuestro amor se pierda
entre sábanas o entre sabanas.

Como animal salvaje,
como salvaje palabra,
puedo quedarme callado
en todos los idiomas del mundo.
(Imagen: Beatriz Torres)