
Cuántas veces hemos vivido momentos como éste. He perdido la cuenta, pero más de cien canciones codo a codo como en esta imagen de hoy mismo, hace que cada uno de esos momentos sean el mismo y siempre diferentes. Hoy ha sido una mañana de brioche, té y café con leche, largo de café. Mikel y yo hemos probado las seis nuevas letras; tenemos la sensación de que están bien, de que pueden ser un conjunto digno para una primera demo. Hemos escuchado a Van Morrison desde el Astral Weeks del 68, hasta el Into the Music del 79. Cuánto misterios se esconden en esos discos maravillosos, cuantos "señores" de ahora mismo ocultan secretos dentro de esos discos. Es necesario periódicamente recuperar a los clásicos, igual que periódicamente, Occidente descubre a Oriente, para entender lo que somos o lo que esperamos ser. Tal vez por eso hoy he estrenado una camisa de corte oriental o colonial; yo me siento con el aspecto de un calígrafo japonés dispuesto a pintar con ello la niebla y escribir su nombre en todos los idiomas del mundo. Creo que es el momento de que me tome la pequeña licencia de adelantar el título de una de esas nuevas canciones. Niebla. Y que me castiguen los dioses por la indiscreción...