lunes, 13 de septiembre de 2010

laberinto


Para no perderse en los laberintos, es recomendable marcar el recorrido con un ovillo de hilo o con migas de pan. O en su defecto, con un reguero de palabras. Nunca se sabe qué peligro acecha en cada encrucijada.
Adelante...
(Foto de Beatriz Torres)

1 comentario:

elovejonegro dijo...

Para no perderse en los laberintos, es mejor no entrar en ellos. Hay todo un mar de sabanas verdes en los que pastar libremente palabras como las suyas, y luego rumiarlas tranquilamente a la sombra y seguridad de una acacia en lo alto.
No hay temor, no se pierde nada en los espacios abiertos; al final no hay laberinto mas complejo que desconocernos.